La Facultad de Educación de la Universidad Autónoma de Chile lleva a cabo un proceso de reforzamiento de los elementos que distinguen a los pedagogos que se forman bajo el alero de esta unidad educativa que ofrece 7 carreras en la sede Talca, que incluye a Pedagogía en Educación Parvularia, en Educación Básica, en Inglés, en Historia, Geografía y Ciencias Sociales, en Lengua Castellana y Comunicación, en Educación Física, y partir de 2019 se incorpora la carrera de Licenciatura en Artes Visuales, con la posibilidad de obtención de la pedagogía, que se suma para el proceso de admisión 2019.
La Decana de la Facultad, Dra. Cecilia Assael, planteó que el principal sello diferenciador de la unidad académica es la formación de un pedagogo que tenga competencias para trabajar en ambientes de alta complejidad. “Son profesores que tienen muy presente la importancia de trabajar en ambientes inclusivos y diversos, con herramientas para manejar la tensión que se produce entre la igualdad y la diferencia en la sala de clases. Son profesores que le dan mucha relevancia a la igualdad de oportunidades, pero que dentro de ese sello no pierden de vista la importancia del respeto y del enriquecimiento que conlleva la diversidad”, sostuvo Assael.
En ese contexto, la Vicedecana de la facultad en Talca, Dra. Marta Ríos, agregó que este sello permite que los futuros docentes conozcan y se inserten en distintos contextos educativos, ya sea por el ámbito geográfico -urbano o rural- o por dependencia -municipal, particular subvencionado o particular-. “Muchos de ellos vuelven a sus comunas de origen porque ahí es donde hay falencias de docentes, por lo tanto, la inserción laboral de los egresados de la facultad es bastante buena”, indicó Ríos.
A eso se suma un proceso de prácticas progresivas que realizan los estudiantes de pedagogía desde el primer año. Se trata de dos instancias de aproximación, cuatro de inserción y dos prácticas profesionales. “Los alumnos tienen ocho prácticas en pedagogía en las cuales tienen la oportunidad de insertarse en el contexto escolar para poder fortalecer, en primer lugar, la vocación profesional, y luego transitar por distintos contextos para que vean modos diferentes en que los profesores trabajan en distintas realidades”, precisó Ríos.
En ese sentido, la Decana de la Facultad de Educación adelantó que se trabaja un proyecto de fortalecimiento de la línea práctica en la unidad, entendiendo que los futuros profesores se forman desde el primer momento en la acción y en la reflexión. “La formación de un pedagogo no se hace solo desde la teoría, sino que se levanta y se genera desde el conocimiento de los contextos de los seres humanos que van a ser nuestro objetivo cuando seamos profesores, por lo tanto, las prácticas tempranas son absolutamente necesarias”, subrayó Assael.
Un tercer punto que se destacó fue el hecho de que casi la totalidad de los directores de las carreras de la Facultad de Educación tienen grado de doctor. “Me parece que esto es un elemento bien potente porque habla de agentes educativos que han tenido durante su trayectoria académica la inquietud no solamente recibir conocimiento, sino que han decidido estar en el lado de la producción de éste”, dijo Assael.
Al respecto, Ríos precisó que esa mirada permite potenciar tanto el área académica como la investigación, hecho que queda de manifiesto con la implementación de grupos científicos por áreas de interés en las carreras.
Finalmente, ambas autoridades destacaron los procedimientos de mejora continua de la unidad que permiten no solo enfrentar adecuadamente los procesos de acreditación sino también estar a la vanguardia respecto de los perfiles de egreso, las mallas curriculares y las competencias genéricas, disciplinares y profesionales.