Marión Solar lleva más de cuatro años luchando con un cáncer que partió en el colon, después de diversos tratamientos y quimioterapia, su enfermedad se ha expandido a los pulmones e hígado. Cómo en cientos de casos en Chile, ha sido víctima de un diagnóstico tardío y de la burocracia del sistema de salud que por diversas razones aplaza el acceso a las personas a los tratamientos indicados.
Marión necesita con urgencia folfox en combinación con cetuximab el último mencionado no está en la canasta Ges pero si a la cobertura de drogas de alto costo (DAC) el hospital indica que este ha sido rechazado por el comité oncológico, sin embargo, la paciente nunca ha tenido acceso a los informes médicos ni a los resultados del comité oncológico.
“Tengo 44 años y no quiero morir y dejar a mi familia porque no tengo los recursos para comprar un medicamento, es difícil entender que un médico del hospital recete un medicamento porque cree que es el indicado y luego sea rechazado por razones que hasta el día de hoy no podemos conocer”, señala Marión Solar.
Con una receta donde cada ciclo de cetuximab que Marión necesita cuesta aproximadamente $12 millones, para una familia chilena promedio es un costo altísimo que hace inviable el acceso, sin embargo para un hospital regional si es posible dado que al ser DAC se considera dentro de las coberturas que Fonasa proporciona en estos casos.
“Los procedimientos para el acceso son a veces demasiado engorrosos incluso cambian año a año, los centros de salud no se capacitan para hacer que el sistema opere en favor del paciente y no al presupuesto de un hospital, es tal el nivel de desatención que en ocasiones las agrupaciones de pacientes debemos aprender los procedimientos internos de los hospitales para poder exigir que se cumpla el protocolo correctamente de atención al paciente, seguimos dejando morir a las personas porque faltó un informe, porque faltó un examen, porque no se cumplió el requerimiento y son los enfermos de cáncer quienes son víctima de un peregrinaje burocrático e insensible que tiene resultados fatales para las familias chilenas”, señala Catalina Horta, representante regional de ACHAGO (Asociación Chilena de Agrupaciones Oncológicas).
Marión ha debido presentar un recurso de protección a los tribunales de justicia para poder obtener respuesta y apelar al derecho a la vida, garantizado por la constitución. “No es posible que los enfermos de cáncer además de todo lo que significa la enfermedad, sean maltratados por el sistema y deban judicializar sus casos para que un centro de salud ‘invierta’ en lo que tiene el deber de atender”, señala Ursula Mancini abogada que representa a Marion Solar.
Con o sin pandemia el cáncer seguirá siendo la primera causa de Muerte en Chile, y se proyecta que para el próximo año la cantidad de casos no diagnosticados a causa de Covid – 19 hará mucho más difícil enfrentar la crisis sanitaria que vive oncología por la falta de especialistas, infraestructura deficiente y carente, falta de inversión en prevención y un sistema que no es flexible y dinámico que de herramientas fluidas para que los enfermos sean atendidos en forma oportuna y digna.
Este año entró en vigencia la ley del cáncer y poco se sabe de los 60.000 millones que deben ser ejecutados para el 2020 principalmente para cobertura de drogas de alto costo y los centros de salud incluyendo el hospital de Talca existe conocimiento nulo para el acceso a estos recursos y al reglamento de ejecución de la ley.
