Con preocupación y alarma fue recibido en organizaciones vinculadas a la respuesta al VIH-Sida el reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para el Sida (ONUSIDA), que posiciona a Chile como el país con mayor aumento de casos de VIH en Latinoamérica.
Esta alarmante situación que ha sido puesta en conocimiento de las autoridades del Ministerio de Salud en variadas oportunidades, pone en evidencia la precariedad de las acciones de prevención y vigilancia sanitaria de la enfermedad en el país.
Según el informe de ONUSIDA los nuevos adultos infectados con el virus de inmunodeficiencia humana, causante del Sida, crecieron en un 34% entre 2010 y 2016, la cifra más alta de Latinoamérica. Cabe señalar que no solo son los adolescentes los afectados, sino que la enfermedad también se ha disparado entre los adultos. Lo más preocupante es que muchos ignoran que padecen esta condición.
Para la Coordinadora Nacional de Atención en VIH-Sida, con sede en el Maule, lo ocurrido refleja el escaso compromiso institucional y político que ha experimentado el VIH en el país, que se limita a la medicalización de la enfermedad por medio de la entrega gratuita de los medicamentos antirretrovirales en el sistema de salud, descuidando la prevención a través de la educación y el fomento de capacidades de auto cuidado en la comunidad.
“Esta situación pone de manifiesto que la autoridad de salud debe adecuar políticas públicas enfocadas en aumentar el diagnóstico, generando condiciones favorables para ello, como son facilitar la toma de la muestra en el sistema público, ampliar el testeo comunitario, e incluir y facilitar la utilización de los test rápidos y el auto testeo, y sobre todo realizar campañas masivas y permanentes de diagnóstico precoz y de prevención, que no ocurre desde el año 2015”, planteó Michael Díaz, secretario ejecutivo de la Coordinadora Nacional de Atención en VIH-Sida.
A juicio de Díaz “estamos en una crisis ya que la respuesta del Estado muestra la incapacidad del sistema de salud para afrontar adecuadamente el tema, indudablemente si no se toman medidas correctivas seguirá aumentando la cifra y las consecuencias negativas sobre todo el sistema sanitario”, aseveró.
El dirigente maulino criticó duramente el compromiso institucional para enfrentar el tema a nivel país con campañas de educación y prevención focalizadas en las poblaciones en mayor riesgo y una escasa inversión a nivel regional para fomentar la educación sexual y el auto cuidado a través de la Seremis de Salud.
“Podemos entender las limitaciones de la autoridad sanitaria local que cuenta con un limitado presupuesto de 3 millones de pesos para enfrentar una región con 30 comunas, con poblaciones de alta vulnerabilidad y un contaste incremento de nuevos casos, de 118 casos anuales según el ISP, por eso es necesario repensar el actual modelo de prevención que se impulsa desde la Subsecretaría de Salud Pública, porque ha demostrado ser ineficiente”, sostuvo Díaz
Del mismo modo el secretario ejecutivo de la Coordinadora Nacional de Atención en VIH-Sida se mostró preocupado por la respuesta de la autoridad local a quien acuso de no estar a la altura de un tema tan importante para el país.
“La autoridad de salud local esta en deuda con la salud pública. Sus mensajes preventivos son escasos, se habla poco del tema y solo se sale ante la opinión pública en fechas establecidas, como el Día Mundial del Sida, en actividades carentes de impacto. Lo más grave es que son los jóvenes quienes no reciben la información adecuada y siguen manteniendo conductas de riesgo, que los hace más vulnerables a contraer infecciones de transmisión sexual como él es caso del VIH”, aseveró Michael Díaz.
Finalmente el dirigente maulino hizo un llamado a hablar del tema y repensar el modelo de abordaje de la enfermedad.
“Debemos aumentar la inversión en VIH destinado a la fomentar programas de educación y prevención focalizados en las personas y sus necesidades, ya que el grave riesgo es mantener relaciones sexuales sin protección, lo que puede derivar en el contagio de enfermedades de transmisión sexual. Por ello es importante trabajar en base a la evidencia y no sobre las concepciones ideológicas de los sectores conversadores”, puntualizó.
Según datos del Ministerio de Salud los exámenes pasaron de 800 mil anuales en 2011 a 1,5 millones en 2016.
Se estima que unas 61 mil personas viven con VIH en el país, de las cuales 41 mil ya han sido diagnosticadas por el Instituto de Salud Pública. De esa cantidad, unas 30 mil son controladas en la red de salud estatal, mientras se trabaja para aumentar la realización de exámenes de detección a través de un protocolo.