Jack Lis, un niño de 10 años de la localidad de Pentwyn, Caerphilly, Gales, fue brutalmente mutilado el pasado lunes por un perro de raza pitbull, que atacó al menor mientras jugaba en la casa de un amigo.
El hecho ha causado conmoción en Reino Unido, considerando las condiciones en que sucedió el ataque del can, que sin mediar provocación alguna se abalanzó al menor, según reconocieron algunos testigos del sector a medios locales.
Por la violencia del ataque, que acabó con la vida de Lis, fue que efectivos policiales de Gwent debieron dispararle en siete ocasiones al animal para conseguir que soltara el cuerpo de la víctima.
Sacrificaron al animal
Una vez que lograron su objetivo, los funcionarios procedieron a sacrificar al perro, que a esas alturas ya estaba absolutamente fuera de control, y a detener a una mujer bajo sospecha de estar a cargo del can, quien posteriormente fue liberada a cambio del pago de una fianza.
“Con tanta angustia y antes de que amigos cercanos y familiares vean su nombre en las noticias, tengo que anunciar que nuestro hermoso niño Jack murió de manera tan trágica ayer. No fue nuestro perro ni sucedió en la casa de nuestra familia. Estaba fuera jugando. Te amamos mucho, nuestro dulce, dulce niño”, fue el posteo en Facebook con el que Emma Whitfield, madre de Jack, informó del trágico suceso.
“Todos estaban en la calle llorando. Fue horrible. Todos estaban molestos. Mi vecino fue y trató de empujar la puerta para abrirla, pero el perro ya se había agarrado de la pierna del niño”, relató, por su parte, Tracey Lawrence, una vecina de la casa donde ocurrió la tragedia.
Otro de los testigos, Kirk Wiegold, luchó con el perro para intentar que dejara al menor, sin embargo, no pudo hacer nada ya que el animal “era tan feroz que no me permitió hacer algo para evitar la desgracia”.
