Laboratorio de Criminalística de Carabineros suspendió la toma de muestras genéticas tras percatarse de que las tórulas empleadas para dicha labor se encontraban contaminadas. A raíz de estos hechos, descubiertos en procedimientos realizados en la región de La Araucanía, la institución uniformada decretó el “auto cierre” por 60 días del Laboratorio de Genética. Por ahora, el impacto de esta situación se desconoce, no obstante, se levantó una alerta y se requirió la revisión de casos desde el 2017 en adelante. La historia es de la Unidad de Investigación de Radio Bío Bío.
La duda saltó al detectar dos ADN en una misma prueba de material genético en La Araucanía. En lugar de encontrar solo lo que debían hallar por lógica, se toparon, además, con una muestra que correspondía a una mujer “fantasma”.
No había nada que situara a alguien del sexo femenino en el sitio del suceso, cuestión que llamó la atención de los funcionarios policiales. Pero poco a poco el misterio tomó forma: las tórulas utilizadas para levantar la información se encontraban contaminadas de fábrica.
De la duda, y las graves repercusiones que pudiera tener en las investigaciones, se tuvo que pasar a la acción. El Laboratorio de Criminalística (Labocar) tomó la decisión de notificar a la fiscalías regionales que un número indeterminado de muestras podrían estar contaminadas.
Los alcances de esta situación aún no son claros. Lo que sí se sabe a ciencia cierta es que actualmente la institución verde oliva mantiene cerrado su Laboratorio de Genética hasta nuevo aviso por culpa de la llamada “mujer misteriosa”.
Según fuentes de Bío Bío, los hisopos comprados por Carabineros fueron los “4N6 FLOQSwab Genetics”, fabricados por la empresa Copan, con sede en Brescia, Italia.
Se trata -de acuerdo a los mismos consultados- de tórulas de bajo costo, adquiridas por los uniformados en el contexto de alta demanda determinada por la pandemia.
Conscientes de esta situación, descubierta tras “tres” procedimientos realizados en la región de La Araucanía entre mayo y junio del presente año, y dado el perfil genético femenino hallado en las muestras, es que todas las mujeres pertenecientes a la dotación del Labocar local debieron ser sometidas a pruebas para confirmar o descartar su responsabilidad en dicha contaminación. Cuestión que fue desestimada.
Tras esto, se envió una alerta al Registro Nacional de ADN -organismo externo a la policía- para que indagara. Según fuentes de este medio, fue esa repartición la que solicitó la investigación de todos los casos desde 2019 en adelante.
No obstante, y por mejor transparencia -aseguran los mismos consultados- el Labocar decidió ampliar el rango de las pesquisas hasta el año 2017. Junto a esto, se dio aviso al Ministerio Público.
Pero no sólo eso. La repartición también se vio forzada a un “auto cierre” por 60 días. Puesto en simple, no están realizando la toma de estas muestras forenses.
La situación fue confirmada por los uniformados tras un requerimiento de este medio. Frente a tres consultas hechas por la Unidad de Investigación sostuvieron que “los lotes de las tórulas contaminadas con el perfil femenino contaminante, fueron adquiridas en la región de la Araucanía en el mes de mayo de 2020 y a través de Mercado Público”.
“Es dable hacer presente que una vez detectada tal anomalía, dichas tórulas fueron retiradas del stock de insumos periciales, y por tanto, ya no son utilizados por Labocar”, añaden.
Respecto de los alcances que podría llegar a tener esta situación, sostienen que de encontrarse el perfil femenino único contaminante al interior de una mezcla de perfiles genéticos con otros que pudiesen vincularse con él o los autores del ilícito, “se puede explicar perfectamente que la contribución del perfil ‘fantasma’ obedece a un hecho detectado, registrado e informado debidamente”.
Por ello, agregan, “se excluye como contribuyente y por tanto, el resto de los perfiles adquiere el mismo valor probatorio como si no hubiese estado el perfil contaminante”
