Para fortalecer la comunicación de riesgo que hoy es vital en el combate contra el Coronavirus, considerando el alto número de casos que durante la última semana sobrepasó los 9 mil contagios en un día en el país, académicos de la Universidad de Talca (UTalca), explicaron cómo funciona la inmunidad de las vacunas y reforzaron la idea de que a pesar de estar inoculados la población debe seguir protegiéndose y manteniendo las medidas sanitarias.
De acuerdo al profesor Sergio Wehinger, director del Magister en Ciencias Biomédicas de la UTalca, la primera dosis de la vacuna permite al sistema inmune aprender sobre las partes reconocibles del virus, es decir, lo que se llama antígenos, lo que no es suficiente para tener inmunidad.
“Con esa primera dosis educamos a nuestro organismo, pero se ha observado que ella es insuficiente. La protección que se genera con esa primera inoculación se produce solo en un 3% de la población”, señaló.
El académico explicó que es solo solo días después de la segunda dosis, es decir un mes y medio posterior a la primera inoculación, que un mayor número de personas logra inmunidad frente al virus. Y resalta que hay un espacio de tiempo importante, que son alrededor de 45 días, entre la primera inoculación y el momento en que en la sangre se observan los anticuerpos, período en que las persona se puede contagiar y tener síntomas como si no se hubiese inoculado e incluso enfermarse gravemente, por lo que es relevante no descuidar las medidas preventivas.
Además se debe recordar que la vacuna protege ante los síntomas más intensos y peligrosos para la salud, pero quien esté vacunado aún puede contraer la enfermedad y ser un vector de contagio para el resto de las personas.
“Se pueden infectar, pero ya no van a desarrollar la enfermedad de una forma grave, de hecho hay muchos casos asintomáticos después de esta segunda dosis, pero a pesar de ello, las personas deben seguir cuidándose y respetando las medidas sanitarias”, explicó Wehinger.
De acuerdo al académico Departamento de Bioquímica Clínica e Inmunohematología de la Universidad de Talca, Marcelo Alarcón, los ensayos clínicos hasta ahora señalan que la protección de las vacunas dura alrededor de seis meses. “Aún no se sabe que pasa después de este período, ya que deben hacerse más ensayos a medida que pase el tiempo”, comenta.
TERCERA DOSIS
En este sentido el profesor Alarcón expresa que una tercera dosis se podría ver como una forma de “reactivar el sistema inmune para que pueda producir anticuerpos que nos puedan proteger por mucho más tiempo”, pero esta opción debe analizarse cuando existan más ensayos clínicos.
Otro aspecto importante que debe considerarse, de acuerdo a Alarcón, es el volumen de una posible tercera dosis. “¿Se coloca el mismo volumen de las dosis previas o una cantidad menor?, esta es una pregunta que debería analizarse en base a que estamos pensando en esto como un refuerzo, donde queremos que el sistema inmune se mantenga con anticuerpos”, plantea. Y agrega que también se debe analizar si se coloca la misma vacuna u otra, considerando que en los estudios que hoy se están presentando, hay algunas vacunas que no responden de la misma forma a las variantes que ha presentado el virus.
Wehinger coincide con la necesidad de contar con más estudios al respecto que demuestren que una tercera dosis brinda una protección adicional. “Si lo que se busca es proteger a la población de las variantes del virus, lo primero que se debe realizar son más estudios respecto a la eficacia de las vacunas y su respuesta a estas nuevas cepas”, afirma.
El académico añade que existen estudios internacionales muy recientes que señalan que algunas de las vacunas son efectivas contra la variante británica, pero no así contra la variante sudafricana, por ejemplo. Pero estos ensayos deben replicarse en nuestro país para saber si existe una demostración que una tercera dosis serviría efectivamente para las variantes que circulan. “De no ser así -precisó el profesor-, no tiene ningún sentido realizar este proceso, ya que sería un gasto de recursos monetarios y humanos que no se justificaría”.