El próximo viernes 12 de marzo el vence el plazo para participar e incorporar opiniones u observaciones en el proceso de consulta ciudadana por el “Anteproyecto de norma de emisión de contaminantes en planteles porcinos que, en función de sus olores, generan molestia y constituyen un riesgo a la calidad de vida de la población”, instrumento de gestión pública elaborado por el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) para mitigar estos contaminantes.
Según señaló el seremi del Medio Ambiente, Pablo Sepúlveda, la participación de la ciudadanía en la elaboración de importantes instrumentos de gestión pública que son de competencia del Ministerio del Medio Ambiente, es fundamental.
“Por ello es que reiteramos la invitación a los vecinos, a las agrupaciones sociales e instituciones públicas y privadas a que colaboren en el proceso de consulta pública para la construcción del futuro Decreto Supremo, el cual mediante la regulación de la emisión de olores permitirá prevenir, atenuar o mejorar esta problemática socio ambiental”, indicó Sepúlveda.
PRIMERA NORMA DE OLOR
La autoridad medioambiental regional agregó que “una vez que se aplique la primera norma de olores se disminuirá el alcance de los olores de los planteles porcinos, en cuanto a frecuencia y concentración, se reducirá la percepción del olor en las comunidades vecinas. Además, la futura norma obligará a los establecimientos a mejorar el estándar operacional y el cumplimiento de las exigencias deberán ser reportadas ante la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA)”, explicó Pablo Sepúlveda.
La invitación a la ciudadanía es a informarse y a entregar sus observaciones, sugerencias, análisis e ideas -antes que finalizase el proceso de consulta pública el viernes 12 de marzo-, de manera virtual en el sitio web: https://consultasciudadanas.mma.gob.cl/ con el fin de mejorar este instrumento que apunta a definir estándares claramente normados para la industria y evitar que las comunidades sean afectadas por los olores de planteles porcinos, ya que son un contaminante que puede provocar trastornos a la salud, y cuya percepción permanente constituye un factor de estrés, lo que, sin duda, altera la calidad de vida de las personas.