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Ambiente Regional

Proyecto inmobiliario pone en peligro Santuario de la Naturaleza Arcos de Calán en la comuna de Pelluhue

  • Vecinos del lugar acusan a la empresa de haber realizado una planificación irresponsable y exigen a las autoridades una evaluación de impacto ambiental que pueda impedir la urbanización del sector.

A 20 kilómetros, al sur de Curanipe por el camino M-80-N se encuentra el acceso hacia Arcos de Calán, un camino de ripio de aproximadamente 4 kms. conduce a los pies de una hermosa escultura de la naturaleza.

La tranquilidad del lugar y las formaciones rocosas que adornan el borde costero, que se transforman en miradores naturales de la flora y fauna que habita el lugar, así como en senderos que abren camino hacia apacibles y hermosos paisajes que combinan la montaña y el mar.

Con alrededor de 243 hectáreas, Arcos de Calán es la primera Área Marina Costera Protegida de la Región del Maule. Alberga ecosistemas tan diversos como litoral rocoso, litoral arenoso o playas, ecosistemas marinos y bosque relictual que alberga remanentes de bosque esclerófilo.

A este lugar llegan más de 30 especies de aves en estado de conservación, ballenas jorobadas, lobos marinos, delfines chilenos, entre otras especies. Sin embargo, desde agosto que las alarmas de los vecinos de Pelluhue están encendidas ante el proyecto inmobiliario Costa Calán, de Grupo Financiero Monte y Greene Propiedades, que se instaló en el límite sur del parque y pretende vender 47 loteos a orillas de la playa, que según indica la empresa, contará con cierres perimetrales, alumbrado, electricidad y agua potable.

El proyecto inmobiliario se instaló poco antes de que el lugar fuera declarado Santuario de la Naturaleza, por lo que no se sometió al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental correspondiente y solamente cuentan con un informe de evaluación ambiental, hecho por una consultora privada en noviembre del 2019.

Según el informe para declarar Arcos de Calán como un Santuario de la Naturaleza, la resolución va a ayudar a la “promoción de modelos de gobernanza justa y abierta, para facilitar procesos y tomas de decisiones transparentes ante la comunidad afectada” y permitir un mejor manejo y protección de los recursos y áreas silvestres.

El problema es que, actualmente el proyecto no da ninguna garantía de planificación o medidas que estén a la altura de la protección que necesita un santuario de la naturaleza tanto a corto como a largo plazo y la construcción en la zona podría traer consecuencias negativas tanto para la conservación del ecosistema, como para los eventuales residentes del lugar. La zona trazada por el loteo es altamente inundable por marejadas y para el terremoto y maremoto del 2010, el mar cubrió todo el lugar.

Desde la ONG Vigilante Costero, la cual se dedica a la protección de las costas entre el Río Maule e Itata, junto con otras 20 organizaciones de la zona, dieron a conocer esta situación a través de una declaración pública el día 3 de septiembre de este año, en donde además ponen en juicio lo que sería la viabilidad y legalidad del proyecto inmobiliario.

El director de la ONG, Rodrigo de la O, explica que el suelo y el agua no van a dar a basto y que el proyecto no incluye cuántas casas se van a construir (podrían ser hasta 94, en una zona donde no hay servicios urbanos como electricidad ni agua, y que no hay nadie que se haga responsable por el uso que le den al suelo, por lo que dependerá exclusivamente del que le otorgue el propietario del terreno.

De esta misma manera, acusan que el proyecto, dada sus características y la zona en la que se encuentra, debería someterse al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), ya que justo entre el loteo, se conectan dos humedales costeros, por lo que la hace particularmente susceptibles a inundaciones cuando sube la marea o hay marejadas, además de que todo el territorio está dispuesto para la recarga y regeneración de los ecosistemas del lugar.

Así, los vecinos del lugar, junto con el Comité Ambiental Comunal de Pelluhue y la ONG Vigilante Costero, esperan conseguir mayores restricciones para proteger la zona, un plan que norme el crecimiento urbano alrededor de los lugares protegidos y de esta forma evitar el deterioro y la degradación del ecosistema. Así, de paso, marcar un precedente para proteger otros territorios que puedan verse amenazados por la creciente industria inmobiliaria del país.

Con alrededor de 243 hectáreas, Arcos de Calán es la primera Área Marina Costera Protegida de la Región del Maule.

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