Dra. Ivette Durán Seguel, académica de la Facultad de Ciencia Sociales y Económicas de la Universidad Católica del Maule.
Navidad para la gran mayoría de las personas es un tiempo de paz, reconciliación y de estar en familia. Las empresas que tienen altos niveles de satisfacción entre sus colaboradores, y que a su vez son lugares altamente valorados para trabajar, comprenden el sentido de esta fecha, como un momento para compartir y abrir espacios de encuentro en las distintas áreas de la organización.
Promover, por ejemplo, actividades como el intercambio de regalos, una convivencia o actividades de responsabilidad social abordadas en forma conjunta con el equipo de trabajo, resultan ser instancias que enriquecen la colaboración y confianza mutua entre los distintos miembros del equipo. Navidad es un momento en el año en que pensamos en hacer felices a quienes amamos, por ello las empresas que en estos tiempos se preocupan genuinamente de sus colaboradores, trasmiten un mensaje de valoración y preocupación haciendo el espacio de trabajo más humano y saludable.
En estas fechas se recomienda estar atento más que nunca a las necesidades de los colaboradores, son momentos en los que surgen demandas atípicas pero que si las empresas son capaces de entenderlas y canalizarlas pueden ganarse el afecto, lealtad y compromiso del trabajador. Piense, por ejemplo, en el colaborador que tiene su familia fuera de la ciudad y necesita llegar a tiempo para la noche buena ¿Podrá la empresa entender ese requerimiento y canalizarlo positivamente? Es allí cuando muchas veces se ponen a prueba la empatía y los valores de las organizaciones.
Todos sabemos que un buen clima laboral incide en los índices de bienestar de las personas y en la mayor productividad de la empresa, pero ¿Cuáles son los factores claves para alcanzar esta anhelada meta? Sin duda hay muchos variables que deben ser atendidas, no obstante, desde mi experiencia es la confianza el elemento clave diferenciador, confianza entendida como la “esperanza firme que se tiene de alguien o algo”, el colaborador que es capaz de confiar en su empresa y al que le asiste el convencimiento de que ésta hará el mayor esfuerzo por no defraudarle, sin duda que sentirá estar en medio de un ambiente laboral más humano. Sin embargo, la confianza se construye a través del tiempo y debe ir acompañada de otras dimensiones que ayudan a comprender el camino a transitar para su edificación, tales como: empatía, comunicación y escucha activa, lealtad, solidaridad, entre otros.
¡Navidad es un tiempo hermoso, y también es una oportunidad que tienen las organizaciones para comenzar a cimentar la confianza con sus colaboradores!
“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.