Una de las demandas del movimiento social, que completa ya tres semanas en el país, tiene relación con una mejor salud pública. Por eso, estudiantes de Ciencias de la Salud de la Universidad de Talca (UTalca), realizaron un diálogo que contó con las exposiciones de las académicas Erika Retamal y María Elisa Quinteros.
La profesora Retamal señaló que la “las políticas públicas, la educación, el territorio, el ingreso, el medio ambiente en el que vivimos, entre otros condicionantes, inciden en el acceso a la salud. Un tema importante en este punto es la cohesión social, que se refiere al grado de pertenencia, la participación y a la solidaridad de la comunidad. En ese sentido, las sociedades más cohesionadas y equitativas tienen mejores indicadores de salud”.
Agregó que “finalmente, cada paciente llega con toda esta mochila detrás a consultar, porque las determinantes sociales y la estructura de la sociedad inciden en la salud de cada persona y del conjunto de la población”.
La académica utalina detalló que “la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda a los Estados mejorar las condiciones de vida de la población, para evitar diferencias injustas y evitables en el acceso a salud de calidad. Además, se menciona a la salud como parte de los derechos humanos consagrado en la carta de 1948. En Chile, el Estado protege el libre e igualitario acceso a acciones, promoción, recuperación de la salud y rehabilitación. La Constitución de 1980, indica -además- que cada persona tiene derecho a elegir un sistema de salud, pública o privado. Sin embargo, esta elección, se ve condicionado por ingresos, educación, etc.”.
Retamal señaló además que a nivel nacional las cifras indican que 78% de población está en Fonasa, mientras que, en la región del Maule, la cifra alcanza el 87%. “Para mejorar los resultados sanitarios, las recomendaciones internacionales son avanzar para conseguir derecho a Salud universal», puntualizó.
Por otra parte, la académica María Elisa Quinteros señaló que “la seguridad social debiera ser equitativa, solidaria y universal, entre otras cualidades, pero no sucede así en Chile. Pese a ello, el sistema público de salud chileno es considerado eficiente, porque resuelve muchas patologías con pocos recursos. El problema está en la desigualdad de ingresos que condiciona el acceso a la salud”.
Quinteros recalcó que además el sistema público de salud “debiera contar con un aseguramiento que permita a los ciudadanos repartir el riesgo de los gastos en salud y acceso a provisión de servicios médicos cuando lo necesiten. Por ejemplo, el aseguramiento en el Sistema Nacional de Salud en Gran Bretaña es único, con altos impuestos que lo financian (las personas no cotizan) y hay un solo prestador. Existen privados, pero en pequeña cantidad. Cuando el sistema depende de las cotizaciones, como es el caso de los sistemas de seguridad social, las personas desempleadas quedarían sin cobertura”.
En este sentido, la propuesta de los gremios apunta al Derecho a la Salud Universal, Seguro Único de Salud, aumento del monto per cápita a $ 10.000 en la Atención Primaria de Salud y alcanzar el Gasto Público en Salud al 6% del PIB nacional.