“Tenemos 100 mil celíacos en Chile que no han sido diagnosticados correctamente”. La advertencia fue realizada por la nutricionista Giselle Muñoz durante la VII Jornada de Actualización “Abordaje de Alergias e Intolerancia Alimentaria”, evento organizado por la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de Talca (UTalca), en el cual se analizó el creciente aumento de personas que puede desarrollar patologías de este tipo.
A modo de ejemplo, la profesional indicó que mientras en el Chile de los años noventa una de cada mil 800 personas tenía la enfermedad celiaca (EC), hoy la prevalencia es mayor. “
Ahora, con otro tipo de búsqueda en individuos de grupos de riesgo, ha aumentado. En mayores de 15 años, el 1% de población es susceptible y podría presentar esta enfermedad en el futuro”, dijo la especialista quien además observó que esta tendencia se registra a nivel mundial.
Giselle Muñoz precisó que la EC es una condición crónica, inflamatoria, autoinmune, con un fuerte componente genético, de alta prevalencia, que se desarrolla a cualquier edad, con mayor frecuencia en el sexo femenino. Impacta negativamente la calidad de vida y genera altos costos socioeconómicos para el paciente, su familia y los servicios de salud.
“No es lo mismo que la alergia al trigo y la sensibilidad no celíaca al gluten”, dijo, tras lo cual indicó que en el grupo de riesgo se encuentran familiares en primer grado de pacientes ya diagnosticados o con otras condiciones autoinmunes o genéticas.
ALERGIAS EN ASCENSO
La directora de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de Talca, Mónica Jiménez, coincidió en que la incidencia de alergias alimentarias en el país ha ido en ascenso en la última década, en particular en el grupo infantil.
“La más frecuente es la alergia a la proteína de leche de vaca (APLV). Pero según expertos de la Sociedad Chilena de Gastroenterología existe un sobrediagnóstico de esta condición, ya que el 90% se resuelve pasado el primer año de vida, en los niños pequeños hay procesos fisiológicos que se superan a medida que los niños crecen y se desarrollan. La causa puede ser inmadurez, debido a ello algunos niños sufren cólicos y refluyen leche; lo anterior no significa que exista una patología”, explicó.
En esa línea, la académica de la UTalca sostuvo que, según estimaciones del Ministerio de Salud, existe una prevalencia de alergia alimentaria de un 4,9% entre los menores de un año.
“Por eso amplió el Programa Nacional de Alimentación Complementaria para los pacientes con APLV que no pertenecen a Fonasa. La alergia a la proteína de la leche de vaca no es la única alergia que afecta a la población. El fenómeno es mucho más amplio y existe acuerdo global en que la mayoría de casos de reacciones adversas a algunos alimentos se asocia a lácteos, huevos, maní y otros frutos secos como almendras, avellanas y nueces; pescados, crustáceos (langostinos, camarones) y moluscos (choritos, almejas) soya y trigo”, expresó.
En este contexto, la profesional recalcó que “es importante leer el etiquetado nutricional de los alimentos procesados, que informa de los ingredientes contenidos en el producto; y tener precaución con los cereales y harinas que pueden contener soya o trigo”.
