Después de casi cuatro horas, finalmente el secuestrador de un bus con 31 pasajeros en el puente Río-Niteroi de Río de Janeiro, fue abatido por francotiradores de policía brasileña y los rehenes fueron liberados.
«Fue necesario disparar», contra el hombre, declaró a la televisión Globo el coronel Mauro Fliess, precisando que 31 personas eran retenidas como rehenes en el bus y no 16 como se había indicado previamente.
Al menos seis rehenes habían sido liberados previamente. La toma de rehenes se inició hacia las 5:30 hora local.
La policía intentaba negociar con el secuestrador, que según el portal G1, tenía una pistola y un bidón de gasolina cuando se oyeron los disparos que lo abatieron, provocando aplausos de la muchedumbre de curiosos presentes en el lugar.
«La prioridad absoluta es la protección de los rehenes», tuiteó poco antes del desenlace el gobernador del estado de Río, Wilson Witzel.
Tenía antecedentes
El secuestro de autobuses tiene algunos precedentes en Rio. En agosto de 2011, uno de ellos dejó tres heridos en pleno centro de la ciudad.
En junio de 2000, una rehén fue asesinada y el atacante falleció tras ser capturado por las autoridades. Ese hecho inspiró una película.