Ocho y media y Patricio Núñez monta el bibliomóvil para recorrer la costa de Licantén. La colección de libros la deja organizada la noche anterior. Él ya sabe el gusto de sus lectores. También sabe que se encontrará con dos cortes de camino a raíz de los trabajos de alcantarillado que se realizan en la zona y que estos lo harán estar detenido varios minutos. Pero eso no importa. La misión es una sola: llevar la lectura a los habitantes de Duao e Iloca, y el resto de la semana, a Idahue, Placilla, La Leonera, Los Junquillos, Lora y Huapi.
El bibliomóvil de Licantén es un proyecto impulsado por Fundación Educacional Arauco y que además cuenta con el trabajo colaborativo de la Municipalidad local y de la Fundación La Fuente. El propósito es promover el acceso de la comunidad a la cultura y a una atractiva y variada oferta de más de mil 200 libros y que se suman a los ya existentes en la biblioteca municipal, totalizando cerca de 5000 textos. La idea es que nadie se pierda la posibilidad de aventurarse con un buen libro.
“Con el bibliomóvil estamos buscando promover el gusto por la lectura y fortalecer el hábito lector en los personas de aquellas localidades que por encontrarse literalmente más alejadas de los libros, dejan de beneficiarse de las bondades de los textos. Como Fundación estamos convencidos que la lectura promueve el desarrollo del pensamiento, de las emociones y de la imaginación. La lectura es fuente de aprendizaje y satisfacción”, dice Felipe Del Real, director territorial de la Fundación Educacional Arauco.
En Duao e Iloca, Patricio llega hasta la posta rural del sector. En otras ocasiones, son escuelas y sedes vecinales las visitadas. En cuestión de minutos arma una suerte de biblioteca en un rincón del pasillo central del establecimiento de salud. Hasta el recinto llegan a atenderse vecinos de toda la costa licantenina, incluso de Lipimávida que pertenece a la comuna de Vichuquén. La mayoría ya se conoce con Patricio. Hay un trato familiar y cordial.
Y es que ya son alrededor de cuatro meses de funcionamiento del bibliomóvil. A la fecha -según comenta Patricio- ya se han inscrito más de 200 vecinos como usuarios del bibliomóvil y la respuesta de la comunidad ha sido muy buena.
Los vecinos son los más felices con esto. Ofelia Jara tiene un emprendimiento de comida y ha visto en este proyecto un gran aliado por cuanto cada vez que puede pide prestado un texto de cocina.
“Me encanta cocinar y por eso vengo a buscar los libros al bibliomóvil porque es más cómodo y nos prestan por harto tiempo y así podemos devolverlos. Tenemos todo a la mano”, afirma con mucho entusiasmo, mientras carga en sus manos dos nuevos títulos de cocina.
Incluso los propios funcionarios de la salud se dan tiempo para revisar los libros y pedir alguno para leer en casa.
“Es una buena iniciativa porque acá en la posta llega la mayoría de las personas de la costa”, señala Natacha Rivera, técnica en enfermería y encargada de farmacia de la posta Iloca, quien confiesa que también ha pedido algunos textos al bibliomóvil.
El involucramiento de los vecinos en este proyecto es clave. Es un proyecto que tiene sentido si la comunidad participa. Así de claro lo tiene Diego Guerrero, presidente de la junta de vecinos de Lora, quien se esmera en entusiasmar a la comunidad a participar.
“Es entretenido para que la gente pueda acercarse más a los libros, porque así como estamos hoy en día, nos hace falta más lectura y esto nos ayuda bastante”, sostiene.
Pero este proyecto del bibliomóvil no es solo prestar libros. Es generar lazos. Y esto viene de la mano con otras actividades como los talleres de escritura de la memoria que se están desarrollando en el sector de Iloca. Cristina Bau, escritora española, radicada hace más de cinco años en Curicó, es la encargada de guiar a un grupo de vecinos a expresarse mediante la lectura y la escritura.
“Me parece fantástico porque donde haya una biblioteca va a haber gente que se anime a leer. Así que si en este sitio no había tanta facilidad y accesibilidad para los libros, fantástico que Patricio esté llevándolos a la puerta de tu casa, y para que no haya excusa para no leer”, expresa la escritora valenciana.
Este proyecto se enmarca en un Programa de Fomento Lector de la Fundación Educacional Arauco y como bibliomóvil se suma a otros impulsados en Teno, en la Región del Maule, y en otras comunas de las regiones de Ñuble, BioBío y Los Ríos.
En la Fundación Educacional de la empresa Arauco, tienen la convicción de que la educación y la cultura tienen un poder transformador al aportar libertad a las personas, equiparar sus oportunidades, contribuir a reducir la brecha de la pobreza y actuar como principal motor del país.
Es por esto que esta fundación desarrolla programas de mejoramiento educativo y cultural en comunas de las regiones del Maule, Ñuble, BioBío y Los Ríos, donde la compañía forestal tiene sus operaciones. Estos programas apoyan a la educación municipal y el acceso a la cultura para entregar mayores oportunidades, impactando positivamente a la fecha, a cerca de 100 mil estudiantes, 5 mil profesores y 570 escuelas.
Cinco y media de la tarde. Patricio desarma la pequeña biblioteca instalada en la posta. Guarda con especial cuidado los libros al interior del bibliomóvil. Enciende el motor para viajar de regreso hasta el pueblo de Licantén. Mañana lo espera otro itinerario para llevar textos, sueños y alegrías a otros vecinos de algún apartado lugar de Licantén.