Bañarse 1 ó 2 horas antes de acostarse en agua a unos 40 ó 45 grados Celsius puede mejorar significativamente el sueño, según lo aseguran investigadores de la Escuela de Ingeniería de Cockrell.
Los ingenieros biomédicos de la Universidad de Texas, en Austin, publicaron un artículo para la revista Sleep Medicine Reviews donde señala que su método para abordar esta hipótesis.
«Cuando examinamos todos los estudios conocidos, notamos disparidades significativas en cuanto a los enfoques y hallazgos»,dijo Shahab Haghayegh, Ph.D. Candidato en el Departamento de Ingeniería Biomédica y autor principal del artículo.
«La única forma de determinar con precisión si el sueño se puede mejorar de hecho es combinar todos los datos pasados y verlos a través de una nueva lente».
Detalles del estudio
En colaboración con el Centro de Ciencias de la Salud de UT en Houston y la Universidad del Sur de California, los investigadores de UT revisaron 5.322 estudios.
Extrajeron la información pertinente de publicaciones que cumplían con los criterios predefinidos de inclusión y exclusión para explorar los efectos del calentamiento corporal pasivo a base de agua en una serie de afecciones relacionadas con el sueño: latencia de inicio del sueño; el tiempo que lleva completar la transición desde la vigilia total dormir; tiempo total de sueño; eficiencia del sueño: la cantidad de tiempo que pasamos dormidos en relación con la cantidad total de tiempo que pasamos en la cama destinados a dormir; y la calidad subjetiva del sueño.
Luego, se utilizaron herramientas metanalíticas para evaluar la consistencia entre los estudios relevantes y mostraron que una temperatura óptima de entre 40 ó 45 grados mejoró la calidad general del sueño. Cuando se programa 1-2 horas antes de acostarse, también puede acelerar la velocidad de quedarse dormido en un promedio de 10 minutos.
«Los investigadores hallaron que el momento óptimo para bañarse para enfriar la temperatura corporal central con el fin de mejorar la calidad del sueño es aproximadamente 90 minutos antes de irse a la cama. Los baños y duchas calientes estimulan el sistema termorregulador del cuerpo, causando un aumento marcado en la circulación de la sangre desde el núcleo interno del cuerpo hacia los sitios periféricos de las manos y los pies, lo que resulta en una eliminación eficiente del calor corporal y una disminución de la temperatura corporal», reseña el artículo.