Euforia y algarabía es la que se vivió en Brasil, ya que la Copa América 2019 se quedó en Río de Janeiro, luego que los anfitriones vencieron este domingo por 3 a 1 a Perú en la final del certamen continental en un partido que contó con penales, VAR y la expulsión de un descontrolado Gabriel Jesús.
A pesar de verse incomodos por minutos, los brasileños encontraron la fluidez necesaria para comenzar a armar las jugadas con velocidad y poner sobre la mesa su cartel de favorito.
Con el chileno Roberto Tobar como el encargado de impartir justicia, los dirigidos de Ricardo Gareca no entraron a especular y presionaron la salida limpia del Scratch.