Un total de 36 mil 978 viviendas, para 114.633 personas, debieran construirse para resolver la totalidad del déficit habitacional existente en el Maule, según estimó la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) a partir de los datos de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica (Casen 2017), del Ministerio de Desarrollo Social.
La cifra global representa una disminución del 2% en comparación con 2015 y considera las viviendas que se necesitan tanto para dar una solución habitacional a las familias que viven de allegadas como para reemplazar unidades inhabitables por su alto nivel de deterioro. En el primer caso, el déficit habitacional asciende a 15.385 viviendas, 19% más que en 2015, mientras que, en el segundo, llega a 21.593 viviendas, 13% menos que en 2015.
En tanto, a nivel nacional, las cifras reveladas en dicho análisis arrojaron un déficit de 739.603 viviendas, de las cuales 313.943 necesitan ser reemplazadas por su deterioro y 425.660 para eliminar el creciente problema de allegamiento.
Paolo Carrera, presidente de la CChC Talca, manifestó su preocupación por los resultados. “Como sociedad no estamos encontrando respuestas adecuadas a un problema creciente. Cada vez es más difícil acceder a una vivienda para un segmento creciente de la población, incluyendo a familias vulnerables, de sectores emergentes y parte de la clase media”, enfatizó.
A lo que agregó “para resolver este desafío que tenemos no sólo en nuestra región, sino que también a nivel país necesitamos del trabajo conjunto de diversos actores del sector público y también del privado para abordarlo con éxito”.
¿POR QUÉ AUMENTÓ EL DÉFICIT HABITACIONAL?
De acuerdo al análisis del gremio, el aumento de las necesidades de viviendas en el período 2015-2017 se explica en particular por un drástico incremento de las familias allegadas. Y esto, a su vez, sería producto de “fenómenos que están en creciente tensión, pero que no han sido resueltos”, según señaló Javier Hurtado, gerente de Estudios de la CChC.
“Por una parte -explicó el ejecutivo-, es cada vez mayor el interés de las familias por vivir en zonas céntricas, con buenos accesos y buen nivel de servicios y equipamiento. Pero, por otra, en estas mismas zonas, por restricciones que generan las propias autoridades, el precio del suelo donde construir las viviendas que podrían satisfacer esa demanda se ha multiplicado en los últimos años, con lo cual el precio de la vivienda en esos lugares también se ha elevado, muy por sobre el aumento de las remuneraciones en el mismo período”.
Y ante la imposibilidad de obtener una vivienda propia en las zonas de su preferencia, el resultado es un creciente número de familias que opta por vivir de allegadas en comunas que, por lo mismo, hoy registran los mayores niveles de déficit habitacional.
ANÁLISIS TERRITORIAL
En el período 2015-2017 el déficit habitacional aumentó en todas las regiones del país. Las regiones donde se necesitan construir más unidades nuevas son: Metropolitana (314.488), Valparaíso (72.489), Coquimbo (66.648), Biobío (61.021) y La Araucanía (44.290). Sin embargo, las regiones donde hay mayor porcentaje de población con déficit habitacional son las de la zona norte: Tarapacá y Atacama (ambas con 18%), Arica y Parinacota (15%), Coquimbo (13%) y Antofagasta (12%).
En el caso del Gran Santiago, las comunas que requieren mayor cantidad de viviendas son: Puente Alto (22.441 unidades), Maipú (20.179 unidades), San Bernardo (19.339 unidades), Quilicura (18.424 unidades) y Pudahuel (15.358 unidades). En tanto, las comunas con mayor porcentaje de familias con déficit habitacional respecto de su población total son: Lo Barnechea (39%), Padre Hurtado (30%), Melipilla (25%), Calera de Tango (24%) y Quilicura (24%).
PROPUESTAS DE LA CCHC
A partir de los antecedentes entregados, la Cámara Chilena de la Construcción identificó una serie de iniciativas que contribuirían a acelerar la reducción del déficit habitacional.
– Planificación integrada y a largo plazo para anticipar las dinámicas del desarrollo urbano y satisfacer las necesidades de suelo para una adecuada oferta habitacional.
– Desarrollo de procesos integrales de densificación equilibrada, especialmente en torno a infraestructura pública de alto estándar.
– Impulso de una potente política de arriendos sociales, que involucre la participación del sector público y privado.
– Mejoramiento de las condiciones de los barrios del país, considerando que actualmente tres millones de personas viven en barrios críticos.
– Garantizar la certeza jurídica que otorgan anteproyectos y permisos de construcción, de manera de no generar barreras injustificadas para la oferta de nuevas viviendas.