El aire aún guarda el rastro de la leña usada en invierno y en las tardes de frío las chimeneas incluso emanan humo que se impregna en la vestimenta, en la piel de las personas como síntoma de un aire de poca calidad.
La contaminación atmosférica es uno de los tantos problemas que enfrenta la Región del Maule en materia medioambiental. Los índices de material particulado, registrados en las estaciones de calidad del aire de La Florida y la Universidad de Talca (Utalca), muestran valores categorizados como “muy malos” por la normativa ambiental.
La principal causa de esta crítica condición es el uso extensivo de la leña como fuente de energía para la calefacción domiciliaria, ya que cerca del 60% de los habitantes del Maule emplean dicho sistema. La escena preocupa a especialistas y ciudadanía, a entidades públicas y privadas, con y sin fines de lucro.
Al respecto Alfredo Iriarte, académico de la Facultad de Ingeniería de la Utalca, opina que en materia medioambiental la región registra un par de desafíos: la contaminación atmosférica presente en sus principales ciudades, producto de como se calefaccionan los hogares; y el aporte de la sociedad al calentamiento global, asociado al modo en que empresas y comunidades usan combustibles fósiles y aportan emisiones de gases de efecto invernadero.
Desde su perspectiva, en ambos escenarios se pueden lograr avances junto a la sociedad. Para el académico “es un tema de conciencia y cambio de hábito”.
En este punto, concuerda Darío Aedo, académico de la Facultad de Ciencias Forestales de la Utalca, quien expone que se deben “sincerar realidades y dejar de vivir con mitos”, puesto que no se trata de evitar el uso de la leña, por ejemplo, sino de emplear leña de calidad, que en este caso sería seca (bajo 25% del contenido de humedad) o certificada.
CONTAMINACIÓN DE LA CIUDAD
“Todo el mundo piensa que la leña contamina, pero la leña seca no contamina, mientras que la húmeda sí”, expresa Aedo, quien sostiene que la sociedad presenta desinformación al respecto.
En este sentido, cuenta que si no se tiene una comunidad educada en el tema, se registran escenarios de descontrol, como cuando los productores certificados ajustaron sus precios, por el costo que representan los estándares de calidad, con lo que acto seguido demás vendedores equipararon los precios aunque su producto no cumpliera con estándares de calidad establecidos. No se comprendió la esencia de la certificación.
Alfredo Iriarte opina que todos los actores de la sociedad pueden accionar sobre este tema; mientras que Aedo subraya que debe haber conciencia para hacer labores sostenibles. Hay que ejercer cambio cultural y este no se logra de un día al otro.
PROPUESTA MAULELAB
El cambio se puede generar a partir de la innovación social. Si bien se trata de problemas de vieja data, es posible abordarlos de una manera más rigurosa.
Iriarte opina que es viable alcanzar cambios a partir de legislaciones más efectivas para reducir contaminación y de una campaña de concientización desde la educación básica, a objeto de lograr un efecto rápido y de conciencia.
La propuesta de MauleLab, laboratorio de innovación social de la Universidad de Talca, representa un espacio de encuentro para generar el diálogo necesario.
“MauleLab es uno de los caminos posible, una plataforma para justamente ayudar a este diálogo y fomentar iniciativas desde la comunidad, articulada con autoridades locales, empresas pequeñas o grandes, ONG y universidad”, expresa Iriarte, para quien es complejo alcanzar el cambio social sin el apoyo de una plataforma o puente, ya que cada actor se articula por cuenta propia.
Para promover el desarrollo de ideas sustentables que promuevan el cambio social positivo en la región, MauleLab ha dado inicio al Concurso Ideas MauleLab, convocatoria que invita a la sociedad civil a postular sus propuestas de solución a desafíos de las áreas Salud y Medioambiente en www.maulelab.utalca.cl. El llamado cierra el 28 de septiembre.