La actividad, encabezada por el Seremi de Agricultura y el SAG, se realizó en el fundo La Quinta, ubicado en la provincia de Talca, y tuvo por finalidad explicar en terreno la operativa de instalación de trampas para el monitoreo de esta plaga, también conocida como polilla del racimo de la vid, ya que en esta época, y como parte de la Estrategia Nacional, se intensifican las labores de vigilancia ejecutadas por el SAG.
En esta oportunidad, las autoridades presentes, junto a los equipos técnicos del SAG, entregaron antecedentes sobre la estrategia de control para la presente temporada, entre ellos, se explicó en detalle el funcionamiento del sistema de vigilancia a través de trampas de feromonas, dando cuenta del número de trampas que se considera instalar de acuerdo a las superficies y planes de trabajo comprometidos con el SAG, en qué tipo de huertos, cuál es la función que cumplen las trampas en predio y cada cuánto tiempo son revisadas por los funcionarios del SAG, entre otros.
La Lobesia botrana es una polilla que afecta a la uva de viñas y parrones caseros, alimentándose de sus frutos. El Servicio Agrícola y Ganadero la declaró como plaga de control obligatorio el año 2008, debido al grave daño que produce en la fruta por las perforaciones de la larva que se desarrolla al interior de ella, provocando su pudrición y deterioro.
Cabe destacar que el Control Obligatorio de la Polilla del Racimo de la Vid establece para la temporada 2018 – 2019 una Estrategia de Supresión y Contención en las regiones Metropolitana, O´Higgins y Maule, e incluye en sus componentes del control oficial cuatro prioridades: vigilancia (a través del uso de trampas de feromonas y de prospecciones visuales), cuarentena, control predial y control urbano.
En este sentido, la seremi de Agricultura, Carolina Torres, destacó la labor de vigilancia que realiza el Servicio: “quisiera reiterar la importancia de la acción de vigilancia que realiza el SAG para esta y otras plagas y enfermedades, pues es la base para mantener nuestro patrimonio fitosanitario, que es el que nos permite exportar nuestros productos a los más importantes mercados y en las mejores condiciones”.
Dentro de los objetivos del programa se menciona el establecer una red de vigilancia que permita conocer la presencia o ausencia, distribución y nivel poblacional de la plaga. Es por esto que para la presente temporada, el SAG en la región instalará un total de 3.600 trampas aproximadamente, las cuales serán distribuidas en las 4 provincias.
Al respecto, el director regional del SAG, Manuel Hormazabal, señaló que “la instalación de trampas nos permite mantener un monitoreo y saber cómo evoluciona la plaga en esta región y en el país”, agregando que “las trampas tienen por finalidad capturar las polillas que se encuentran en el entorno, permitiendo conocer presencia o ausencia de la plaga en área determinada y aplicar las medidas de control establecidas en la estrategia del Programa. La región del Maule tiene una superficie muy importante de viñedos, cerca del 50% de la superficie nacional está acá, por lo tanto es una preocupación constante para el Servicio tener esta plaga controlada para tener producciones acordes a la tradición de la región”.