El fiscal José Miguel Subiabre, a cargo del caso del profesor Nibaldo Villegas Gutiérrez (50 años), asesinado y descuartizado por su esposa y la actual pareja de la mujer, reveló que el atroz crimen fue cometido en una emboscada a la víctima en su propio domicilio de Villa Alemana, en la noche del 10 de agosto pasado.
En la audiencia de formalización por parricidio y homicidio calificado, realizada en el Juzgado de Garantía de Valparaíso, el fiscal expuso la cadena de sucesos que llevaron al crimen y la manera en que fueron descubiertos los autores confesos, Johanna Hernández Vicuña (32) y Francisco Silva Hale (37).
El fiscal relató que la mujer se había separado de hecho del profesor de computación en Quilpué en 2017, se casaron en 2015, pero en los últimos dos meses la mujer había iniciado contactos del tipo “amoroso” para supuestamente recuperar su matrimonio y la hija de 7 años en común, que estaba bajo custodia de la víctima. Sin embargo, todo era parte de un plan macabro.
Gracias a estos contactos, la mujer podía ingresar a la casa del profesor en calle Llacolén de Villa Alemana, pero sin que la familia del profesor tuviera conocimiento de esto, porque se oponían completamente a recomponer la relación. El matrimonio había terminado por la infidelidad de Johanna Hernández con Francisco Silva, a quien conoció en el consultorio de Peñablanca, donde trabajaban como paramédicos.
De acuerdo a la narración del fiscal Subiabre, el 10 de agosto pasado, la mujer llamó a Villegas para concertar un nuevo encuentro en la noche en su casa, para lo cual el profesor dejó a la hija en la casa de sus padres. Esa noche, Johanna Hernández llegó a la casa del profesor junto a su actual pareja y se dispusieron a esperar a Villegas, quien regresó alrededor de las 23:56. Ambos le cayeron encima y lo mataron con armas blancas, apuñalándolo en el tórax.
El fiscal también expuso que la mujer tomó fotografías del profesor muerto sobre su cama, donde se le observa lívido y con un brazo doblado de manera antinatural como señal de que estaba fallecido. La esposa borró las imágenes, pero la PDI logró recuperarlas. Luego, dieron vuelta el colchón ensangrentado.
Además, la pareja procedió a un primer descuartizamiento del cuerpo en la misma vivienda, para lo cual aprovecharon sus conocimientos de anatomía, en su condición de paramédicos, y efectuaron cortes precisos en los tejidos blandos. A continuación, cargaron el cuerpo en el automóvil de un hermano de Silva Hale y viajaron hasta Laguna Verde, en Valparaíso, para abandonar los restos en el sector Las Docas, arrojándolos a un acantilado y al mar.
En el trayecto, según relató el fiscal, Francisco Silva se detuvo en una estación bencinera y en un cajero de BancoEstado en Quilpué, donde giró dinero con la tarjeta de crédito de la víctima. La mujer tenía la clave. Estas evidencias y la verificación de los movimientos de los celulares de los sospechosos llevaron a sus detenciones en la noche del martes pasado. Tras la formalización, quedaron en prisión preventiva.
La pareja siguió realizando sus labores normales, pero en la noche del martes 14 de agosto volvieron a Las Docas para terminar con el descuartizamiento, debido a que las piernas seguían unidas al tronco. Luego, arrojaron el torso de la víctima en otra playa y la corriente lo arrastró hasta el muelle Prat, donde apareció flotando el miércoles 15 de agosto.
En cuanto a las motivaciones del crimen, serían de índole económica, ya que la mujer pretendía quedarse con la casa y todos los bienes del profesor Villegas. Francisco Silva se convirtió en cómplice, debido a que estaba enamorado de Johanna Hernández. En las imágenes captadas mientras giraba dinero con la tarjeta del profesor, se le observa usando la chaqueta que llevaba puesta la víctima la noche en que fue brutalmente asesinado.
