Fue en el programa Informe Especial de TVN, donde fueron conocidas nuevas denuncias por abusos que involucran a la congregación del Buen Samaritano. Quienes acusan son ex religiosas, en cuyos testimonios dan cuenta que sus victimarios habían sido sacerdotes y otras monjas en Molina.
El administrador apostólico de la Diócesis de Talca, monseñor Galo Fernández, tomó conocimiento de este caso y dijo tener la disposición de entrevistarse con las víctimas.
– ¿Cómo le han afectado estas nuevas denuncias?
“Escuchar los testimonios ha sido muy conmovedor, doloroso y me surge inmediatamente el deber de acercarme. A mí me entrevistaron, por tanto, me enteré un poco antes de que salieran estas publicaciones y eso me llevó a que inmediatamente me dediqué a visitar en Molina el hogar, dialogar con las hermanas, saber la situación que están viviendo y me di el tiempo de saludar a cada uno de los casi 300 enfermos que están siendo acogidos, al mismo tiempo teniendo presente las denuncias de cosas absolutamente indebidas, faltas graves y que de algún modo generan dolor; no se justifican con nada, pero de algún modo tengo presente que en todo el camino de reparación, de justicia, de sanación, tiene que velar también por no generar otras víctimas que sean estos enfermos que están siendo cuidados”.
“Claramente, ha habido cosas indebidas, graves, al interior de la congregación, pero también hay una congregación que tiene una gran virtud y que quisiéramos recuperarla plenamente para que viviera su carisma con esplendor”.
– ¿Qué explicación le dieron las religiosas y autoridades de la Congregación en Molina?
“Ellas me han señalado que, en rigor, la congregación creció al alero de la Madre Irene con mucho entusiasmo y generosidad, con una misericordia gigantesca, pero con un grado de descuido de los procesos formativos, de integración, en tanto, la iglesia tiene muchas normas sobre el proceso en que una religiosa es integrada, es formada, y asume plenamente su rol. Muchas cosas de esas no se cumplían y, de algún modo, empezó a tener un número importante de religiosas que estaban en una situación no de una formación completa. Se generó espacio para que se dieran cosas que no corresponden. La congregación había empezado de antes este proceso de renovación de votos, para poder renovar el espíritu y aparecen las heridas que se habían gestado en un marco de un camino un poco amplio y de cierto desorden de la vida espiritual, de oración, aquello que le daba contenido al servicio que prestaban”.
– En la denuncia televisiva, se menciona a sacerdotes que estarían involucrados en algunos casos de abusos.
“Me parece extremadamente importante poder tener claridad de qué sacerdotes se refieren, no tengo esa claridad y le pedí a TVN que me pudiera entregar los antecedentes”.
No obstante, monseñor Fernández explicó que cuando se conoció la primera denuncia en contra de la congregación -hecha por la ex religiosa Consuelo Gómez- con el entonces obispo Horacio Valenzuela se gestó un comisión investigadora externa, con la colaboración del Consejo Nacional de Prevención de Abusos de la Conferencia Episcopal, constituida por dos religiosas, dos abogadas y una psicóloga, para poder escuchar y generar un informe. “También me reuní con esa comisión y ya se ha entrevistado con la mayoría de las hermanas y quiere entrevistarse con quienes han hecho denuncias, acoger su testimonio. En el caso de Consuelo, ella sufrió abuso en España y a la denunciada se le pidió venir, dar su testimonio y la comisión pidió que sobre ella se establezcan inmediatamente medidas cautelares, esto es, que no tenga ningún cargo de responsabilidad sobre otras personas más vulnerables que pudieran ser sujetos de nuevos abusos”.
– ¿Usted se ha contactado con las nuevas denunciantes?
“Quiero hacerlo y pedí que me dieran el contacto de ellas. Obviamente, quiero que la comisión pueda entrevistarlas con la mayor tranquilidad y yo estoy disponible para escucharlas también”.
– ¿Este caso debiera quedar solo en lo religioso o también en lo civil?
“Si hay delitos civiles, tienen que ser juzgados civilmente. A la iglesia le corresponde más bien, velar por corregir su institución en cosas que estén indebidas y también apartar, de cualquier oficio eclesiástico, a quién pueda estar cometiendo situaciones de abuso”.
– ¿Cómo se recompone la iglesia después de todos estos casos de abusos?
“Con dolor, enfrentar las cosas con verdad, corrigiendo y previniendo de que en la iglesia no haya un espacio para que personas cometan abusos, particularmente a menores en materia sexual, pero el Papa nos invita también a estar muy atentos a no gestar ningún tipo de espacio para el abuso. Sé que la sociedad ha sido muy exigente con la iglesia y me parece que, de algún modo, nos manifiesta que se espera que la iglesia tenga un estándar mayor que el resto de la sociedad. Creo que no justifica el poder decir que en todas partes hay situaciones de abuso, la iglesia es parte de un mundo más amplio, donde hay numerosas situaciones de abusos, pero estamos llamados a hacer un lugar que manifieste lo contrario. Con dolor, creo que este camino nos está purificando”.
OBISPO EMÉRITO
– Últimamente, ¿ha tenido contacto con el obispo emérito Horacio Valenzuela?
“Sí, mantengo contacto. Lo llamo para preguntarle cosas; él estuvo 22 años y yo llevo tres semanas y necesito escuchar y lo llamo cuando es necesario”.
– Ud. dijo que la Diócesis tiene una deuda con él, por el trabajo que dedicó a la comunidad. Pero, ¿Horacio Valenzuela tiene una deuda con los fieles?
“Yo me inclino, más bien, a manifestar que siento que alguien que ha entregado 22 años de entrega generosa, por mi parte no seré yo quien venga a juzgar lo positivo o negativo de lo que haya hecho”.
Cabe consignar finalmente ante las nuevas denuncias conocidas, el Ministerio Público se encuentra estudiando eventuales diligencias.
