“Derechos civiles de la mujer”, fue la temática que reunió a destacados especialistas del rubro en la jornada organizada por el Centro de Estudios sobre los Derechos de la Infancia y la Adolescencia (Cedia) de la Universidad de Talca (UTALCA), la Facultad de Derecho de la Universidad de Mendoza (UM) y la Universidad Nacional de Cuyo.
Al inaugurar la actividad –efectuada en el marco del Congreso Internacional de Derecho de las Familias, Niñez y Adolescencia que se realizará en Mendoza-, el académico de la UTALCA, Ruperto Pinochet, repasó los distintos episodios que, a lo largo de la historia, evidencian el tratamiento diferenciado en derechos políticos y civiles, que han recibido las mujeres.
Añadió que, si bien, a la fecha existen avances e incluso han llegado a ocupar importantes cargos, como la presidencia de la República, “siguen viviendo distintas formas de discriminación que limitan el ejercicio de sus derechos y libertades”.
Daniela Horvitz, presidenta de la Asociación Chilena de Abogados de Familia, entidad que auspició el evento, dijo que el problema de la legislación nacional es que ha sido modificada de manera inorgánica, lo que implica que hoy coexisten normas muy modernas con otras arcaicas.
“Cuando eso se junta en la práctica deja en evidencia el caos o la falta de defensa en que quedan muchas, pese a que se ha hecho un esfuerzo legislativo por incluir instituciones modernas como podrían ser la de los bienes familiares o la compensación económica, pero mantenemos en cambio otras de las cuales no critico a la base ni la razón por la cual fueron creadas -como la sociedad conyugal-, pero no han sido adecuadas”, expuso.
Finalmente la académica de la Facultad de Derecho de la UM, Aida Kemelmajer, abordó la importancia del cambio cultural.
“En Argentina, desde el punto de vista normativo hombres y mujeres tienen una igualdad absoluta, son las prácticas sociales las que a veces mantiene esas diferencias, por preconceptos muy arraigados como que los hijos son mejor criados por la mujer que por los hombres y por tanto corresponde a ella la custodia, lo que es no comprender que los roles deben ser compartidos”, puntualizó.