Este martes partieron los encuentros entre el Papa y los obispos chilenos convocados en el Vaticano por los casos de abuso sexual que han afectado a la iglesia católica de nuestro país.
La reunión comenzó a las 16:00 horas de Italia, y se extendió por aproximadamente noventa minutos. Al término del encuentro, y siguiendo la “estricta confidencialidad” que sugirió el Papa, ninguno de los 34 obispos presentes se refirió al encuentro.
La Oficina de prensa de la Santa Sede, sin embargo, emitió un comunicado en que se afirma que desde el momento en que terminó el encuentro “y hasta la próxima reunión, se abre un tiempo dedicado exclusivamente a meditar y orar”.
Antes del encuentro, algunos sacerdotes conversaron con la prensa, siendo uno de ellos, el obispo de Rancagua, Alejandro Goic, quien manifestó sentirse esperanzado con el resultado de la cita.
“He venido aquí como todos los obispos, con profunda humildad, a escuchar al Papa. Porque yo estoy seguro que lo que nos va a decir nos va a ayudar mucho. He venido con mucha esperanza en la certeza de que comenzará un tiempo nuevo”.
Por su parte, el obispo emérito de La Serena, Manuel Donoso, declaró que el nuevo tiempo de la iglesia se caracterizará por un aire juvenil.
“Entusiasta, me interesa, aquí hay algo juvenil que va a renacer, y para eso los viejos tenemos que morir un poco”, sostuvo.
Cabe recordar que las reuniones que tendrán lugar hasta este jueves en la Santa Sede, se originaron a partir del informe redactado por el obispo de Malta, Charles Scicluna, durante su visita a Chile en febrero pasado, y en el que plasmó los testimonios de las víctimas de abuso sexual por parte del clérigo.
Paralelo a todo esto, durante la jornada de este martes la agencia estadounidense The Associated Press (AP) tuvo acceso a una carta fechada el 10 de mayo por el arzobispo emérito, Francisco Javier Errázuriz, en la que se defiende de las acusaciones de encubridor y de mal manejo por los casos de abuso sexual que han remecido a la iglesia católica chilena.
En la misiva, el cuestionado sacerdote aseguró que se atuvo a la ley canónica al esperar más de cinco años antes de comenzar a investigar a Fernando Karadima.
También manifestó que le fue difícil convencerse de la culpabilidad del ex párroco de El Bosque, dada la popularidad de este religioso: “se acusaba a un sacerdote de gran convocatoria pastoral, cuya predicación había enriquecido a más de treinta jóvenes que habían sido ordenados sacerdotes, y a cuatro sacerdotes que habían sido consagrados Obispos”, sostuvo el prelado en la carta.
En cuanto a las acusaciones que lo apuntan como encubridor de Fernando Karadima y por las que, incluso, se interpuso una demanda civil en su contra, en el texto el obispo emérito señala que “es claro que no hubo de mi parte ni delito, ni crimen, ni encubrimiento alguno”.
Al respecto aseguró que le era necesario aclarar esto, sobre todo por las “difamaciones” que se han hecho en su contra.
“Lamento profundamente que esa herida aún no haya sanado”, sentenció Errázuriz.
Después de que AP publicara la carta, una de las víctimas de Karadima y permanente crítico con Errázuriz, Juan Carlos Cruz, expresó en su cuenta de Twitter que el arzobispo no hace más que tratar de lavar su imagen.