“Dantesco” y “megaincendios” fueron palabras que, lamentablemente, se hicieron habituales en el lenguaje popular y de los medios de comunicación durante el verano pasado, para graficar la enorme magnitud de los incendios forestales que afectaron a la zona centro-sur del país.
“Las condiciones climáticas estivales para una zona mediterránea como la nuestra facilitan la aparición de incendios forestales, por lo tanto, es un factor que siempre se tiene que tener en cuenta”, explicó el académico de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de Talca (UTALCA), John Gajardo.
Varios estudios realizados en el país muestran que el cambio climático es un factor importante en la ocurrencia de incendios forestales. Al respecto Claudio Ramírez, investigador del Instituto de Ciencias Biológicas de la UTALCA, explicó que tanto este fenómeno como el cambio en el uso de los suelos son factores de riesgo.
“Tanto el cambio climático, al alterar los patrones de lluvia -menos lluvias en la zona central-, como el cambio en el uso del suelo -reemplazo de bosques nativos resilientes por plantaciones exóticas fácilmente inflamables-, generan cambios en la frecuencia e intensidad de incendios forestales. Esto también ocurre en otras latitudes”, comentó.
La directora regional de Conaf, Andrea Soto, agregó también que situaciones como las vividas el último verano en el país perfectamente podrían repetirse, dadas las proyecciones meteorológicas y que el presente fue otro año más de sequía.
“Esto ya se ha visto en el hemisferio norte, donde en los últimos veranos, la situación de incendios tiene una complejidad extrema que se vienen repitiendo”, recalcó Andrea Soto.
COMBINACIÓN 30-30-30
Los especialistas suelen referir a la combinación 30-30-30 cuando se trata de evaluar la probabilidad de incendios en una zona y momento determinados. “Es una nomenclatura que se le da a condiciones climáticas extremas en el ámbito del control de los incendios forestales. Se refiere, específicamente, a que cuando existen 30 grados Celsius o más de temperatura, una humedad relativa inferior al 30% y vientos sobre 30 kilómetros por hora, aumenta la probabilidad de ignición y la propagación de los incendios”, explicó John Gajardo.
“Es evidente que el fenómeno del cambio climático está provocando un aumento en las temperaturas, que inciden en la reducción del contenido de humedad en los combustibles. A nivel nacional, los datos de Conaf muestran que los incendios forestales han aumentado considerablemente desde la década de los 70”, agregó el académico.
Pero a raíz de lo ocurrido la temporada pasada, el docente estimó que “la disponibilidad de combustible bajó y la gente ha ido tomando conciencia de los grandes daños que los incendios pueden producir, por lo tanto, yo espero que en el próximo verano no se repitan las mismas situaciones”.