El inicio del año escolar trae consigo una serie de gastos para las familias chilenas, y uno de los menos considerados, pero igualmente significativos, es el de las colaciones escolares. Según una encuesta realizada por Cheaf, aplicación que busca reducir el desperdicio de alimentos, un 45% de los padres y madres en Chile gasta entre $15.000 y $30.000 mensuales en colaciones por cada hijo, mientras que un 28% destina entre $30.000 y $50.000. Un 14% logra gastar menos de $15.000, y un 13% supera los $50.000 al mes.
Elena López, cofundadora y COO de Cheaf, explica que el aumento en los precios de los alimentos ha impactado directamente en este gasto: «Si pensamos en un costo de alrededor de mil pesos diarios por estas meriendas, ya estamos hablando de un gasto mensual superior a los $20.000 por cada hijo», señala. Además del costo económico, López destaca los desafíos logísticos que enfrentan los apoderados, especialmente aquellos con menos tiempo disponible para planificar y preparar las colaciones.
Otro factor clave es la diversidad de necesidades alimentarias de los estudiantes. Restricciones como alergias, obesidad o diabetes hacen que la planificación de las meriendas sea aún más compleja. «Cada niño tiene requerimientos distintos, lo que aumenta la dificultad para los padres y madres trabajadores que deben equilibrar tiempo, presupuesto y nutrición», agrega López. Frente a este escenario, las familias buscan estrategias para optimizar sus compras sin sacrificar la calidad de la alimentación de sus hijos.