Un complejo escenario económico ha llevado a que Chile pase de estar a 20 años de ser considerado un país desarrollado a enfrentar un horizonte de medio siglo para alcanzar dicho estatus. Según los especialistas, factores como la baja productividad, una burocracia excesiva y un sistema tributario complicado conforman el “cóctel” que ha estancado el progreso del país. Emilio Venegas, socio de Consultoría en BDO Chile, lamentó que “se perdió una gran oportunidad” hace una década, cuando las condiciones fiscales y políticas ofrecían el potencial para un avance significativo.
A pesar de estar en los medios regionales en indicadores de desarrollo, como ingresos per cápita y protección social, Chile sigue lejos de los estándares de la OCDE. Rodrigo Palma, economista de la Universidad de Barcelona y docente de la UTEM, destacó que la falta de diversificación y complejidad en los sectores productivos es un último para el crecimiento. Además, los expertos coinciden en que la reforma tributaria de 2014, conocida como la “reforma de arena”, y otros cambios en la política fiscal han contribuido al estancamiento, situación que el Gobierno busca revertir mediante el pacto fiscal actualmente dividido en múltiples proyectos en el Congreso.
El panorama no es del todo negativo, ya que el consumo, aunque debilitado, ha mostrado ligeros repuntes gracias a factores estacionales como el Black Friday. Sin embargo, Alejandro Weber, decano de la Facultad de Economía y Gobierno de la Universidad San Sebastián, subrayó que para recuperar el camino hacia el desarrollo se requiere un cambio “más severo” en la política fiscal. Los especialistas advierten que sin reformas estructurales y un compromiso decidido con la productividad y la eficiencia, el objetivo de ser un país desarrollado comenzará alejándose.
