El Senado de Brasil dio luz verde este miércoles a una ley que prohíbe el uso de teléfonos celulares en todas las etapas de la educación obligatoria, incluyendo aulas y recreos, tanto en instituciones públicas como privadas. La normativa, que ya había sido respaldada por la Cámara de Diputados y ahora espera la firma del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, permite el uso de dispositivos electrónicos únicamente con fines “estrictamente pedagógicos”. También establece excepciones para estudiantes que los necesiten por razones de “accesibilidad” o “condiciones de salud”.
Además de restringir los celulares, la ley exige que las escuelas implementen estrategias para abordar problemas psicológicos entre los alumnos y concienticen sobre los riesgos del “uso inmoderado” de estos dispositivos. Según el senador Alessandro Vieira, ponente del proyecto, los resultados de iniciativas similares han sido positivos: “En todos los lugares donde se implementó la medida, se tuvo una mejora en el desempeño escolar, en la disciplina de las escuelas y en la reducción del bullying (acoso escolar)”. Esta decisión sigue los pasos de estados como São Paulo y Río de Janeiro, que adoptaron restricciones similares en meses recientes.
El Ministerio de Educación respaldó la medida, argumentando que estudios han demostrado su impacto positivo en el rendimiento académico de los estudiantes y en la salud mental de los docentes. En octubre, el ministro Camilo Santana enfatizó la importancia de establecer límites en el uso de dispositivos: “La tecnología es importante, los equipamientos son importantes, pero tiene que haber un límite”. La nueva ley busca equilibrar el papel de la tecnología en la educación y el bienestar de las comunidades escolares.
