La excoordinadora sociocultural de La Moneda, Irina Karamanos, reapareció para hablar de lo que fue su rol, sus convicciones políticas y a lo que tuvo que enfrentar en su cargo como primera dama.
En conversación con Revista Vein, la cientista política y antropóloga reflexionó sobre su decisión de asumir el rol para transformar la institución.
“Lo único que traté de no dejar de lado era mi personalidad, mi criterio y mi relación afectiva con el Presidente, porque a muchas personas de mi entorno las dejé de ver por un año”, expresó.
Asimismo, se refirió a su aparición como pareja del mandatario: “Mi primera aparición pública es como la pareja de un Presidente, que eso sea la definición de quién eres socialmente, es tremendamente interesante, desafiante y difícil también”.
En relación a su vinculación con el poder, la antropóloga aseguró que era algo que “le incomodaba” y que tomó la decisión de no utilizar.
“Me lo tomé con mucha responsabilidad, entonces yo estaba muy atenta, tensa e incómoda con tener poder. (…) Yo misma consideraba que era ilegítimo estar allí por más tiempo de lo estrictamente necesario”.
“Me iba dando cuenta de lo mucho que se puede hacer con esa posición jerárquica y a la vez decidía no usarla; solamente usé el poder para ir desarmándolo», sostuvo.
«Para poder desvestir la reiteración de esa figura y ese lugar. Cualquier persona que le dan poder y quiera hacer el bien, el lugar de primera dama es perfecto porque se pueden efectivamente hacer muchas cosas buenas”, continuó.
«El tema es ¿por qué esa persona? Y la respuesta es simple y llanamente porque es pareja del Presidente. Y ese es el pecado original del cargo si uno se pone lentes del siglo XXI», cerró.