El Senado de Brasil ha aprobado este miércoles la destitución definitiva de Dilma Rousseff como presidenta del país, poniendo así fin a más de una década de gobierno del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT).
Un total de 61 senadores han votado a favor del cese permanente de Rousseff, es decir, más de los 54 que eran necesarios como mínimo para que el proceso de ‘impeachment’ triunfara. Solo 20 han mostrado su apoyo a la ya ex presidenta.
Rousseff ha sido declarada «culpable» de un «crimen de responsabilidad» en el que incurrió al ordenar un aumento del gasto público en plena campaña para su reelección, en 2014, sin la necesaria autorización del Congreso.
Los senadores enfrentados al PT, encabezados por el ahora gobernante Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), han celebrado el resultado de la votación con un enérgico aplauso e incluso han entonado el himno de Brasil.
Michel Temer, del PMDB, que asumió el cargo de forma interina el pasado 12 de mayo a la espera de que se resolviera el juicio político contra Rousseff, tomará posesión de manera indefinida en una ceremonia que se celebrará en las próximas horas a puerta cerrada.
Aunque técnicamente Temer está facultado para concluir el mandato presidencial de Rousseff, que se extiende hasta 2018, sobre el horizonte planea la posibilidad de que se convoquen elecciones anticipadas para superar la crisis política.
Rousseff tiene previsto dirigirse a la nación desde el Palacio de Alvorada, residencia presidencial, donde ya han comenzado a concentrarse simpatizantes del PT, del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva y de la que fuera su delfín político.
La ex mandataria esperará a que el Senado concluya la votación del ‘impeachment’, ya que ahora los 81 legisladores que componen la cámara alta deberán decidir si la inhabilitan durante los próximos ocho años para ejercer cargos públicos. Para ello necesitarán al menos 54 votos.
Sin embargo, el fallo del Senado podría no ser definitivo. Este martes, el diario localEstadao reveló que la defensa de Rousseff estaba preparando un recurso para presentar ante el Tribunal Supremo en caso de que la cámara alta decidiera apartarla definitivamente del cargo.
La líder brasileña, que el lunes pasado intervino para pronunciar su alegato de defensa, sostiene que es inocente y que el ‘impeachment’ es fruto de una «venganza política» de quienes no lograron llegar al poder mediante las urnas.
Es la segunda vez que un ‘impeachment’ acaba con el mandato de un presidente en Brasil. El único precedente es el de Fernando Collor (1990-1992), que renunció horas antes de que el Senado le cesara por corrupción.
Podrá ejercer cargos públicos
El Senado de Brasil ha rechazado la pena de inhabilitación propuesta contra la ya ex presidenta Dilma Rousseff, que le habría impedido ejercer cargos públicos durante los próximos ocho años, como parte de la votación sobre el ‘impeachment’.
Un total de 42 senadores han votado a favor de la inhabilitación de Rousseff, 12 menos del mínimo de 54 que se necesitaba para apartar a la líder izquierdista de la vida pública brasileña durante un tiempo, según informa la prensa local.
Rouseff ha logrado librarse de esta pena accesoria porque el presidente del Tribunal Federal, Ricardo Lewandowski, que ha sido quien ha dirigido el ‘impeachment’, ha accedido a que los senadores votaran por separado el cese y la inhabilitación.