Este martes, el ministro de Obras Públicas, Juan Carlos García, arquitecto de la UCV, en medio de las malas noticias sobre los indultos, intentó poner un punto positivo al anunciar que el tren de Santiago a Viña se hará realidad a un costo de 1.320 millones de dólares. Sin embargo, no faltó la nota disonante: el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, acusó discriminación pues la primera parte del proyecto no llega al Puerto.
-El alcalde porteño dijo que faltaban 12 kilómetros, que esto era una nueva muestra del abandono en que estaba Valparaíso. ¿Cuál es tu respuesta?
-Lo importante es que nosotros hemos hecho viable un proyecto que hasta hace poco muchos decían que no era viable. Al alcalde le diría que en esta primera etapa del proyecto es mejor demorarse 20 minutos en llegar a Valparaíso que seguir esperando otros 20 años.
-¿Hay una motivación política de Sharp el decir esto?
-Yo soy porteño, por lo tanto entiendo el anhelo de los porteños de que el tren llegue hasta la comuna. En una primera etapa está llegando al área metropolitana. En una segunda etapa va a llegar a Valparaíso. La buena noticia es que en vez de justificar que el proyecto no se puede hacer porque no están todas las condiciones, hemos establecido un proyecto por etapas, de manera que en 2030, ya se va a poder utilizar y se va a seguir desarrollando.
-¿Te has juntado con Jorge Sharp?
-Sobre este proyecto, no. Sobre otros proyectos que tenemos allá, muchas veces. Como los ascensores de Valparaíso, por ejemplo, donde estamos trabajando juntos.
-¿Y tienes una buena relación con él?
-Si bien somos ideológicamente muy distintos, hemos trabajado juntos en este tiempo.
-¿Por qué habría de esperar 20 años más?
-Porque habría que hacer un túnel. Esa sola obra nos puede costar varios miles de millones de dólares más, porque técnicamente es muy compleja, porque es un túnel desde El Salto hasta Valparaíso. Eso significa una obra que podría costar lo mismo que todo el trazado actual.
-Mil trescientos millones de dólares.
-Claro. Entonces es mejor iniciar este proyecto y luego incorporar una segunda etapa, porque también hay que tener la responsabilidad técnica y financiera. De lo contrario, jugar al todo o nada nos puede dejar sin nada.
-El kilómetro de una vía de alta velocidad es de 20 millones de euros. ¿Cómo llegaron a la cifra estimada de 1.320 millones de dólares?
-Se hizo este cálculo porque las expropiaciones son mucho más acotadas por esta vía. Tenemos más bien que invertir en infraestructura.
-¿A qué velocidad va a poder correr en promedio?
-El proyecto contempla una vía que puede alcanzar los 160 kilómetros por hora. En ambos extremos, tanto en el Gran Valparaíso como en el Gran Santiago, se conecta a la red de metro. Lo que nos permite tener una infraestructura de alto estándar pero menor costo.
-¿De dónde partiría físicamente en Santiago?
-El tren parte de la estación Quinta Normal del metro. Y luego de ahí continúa hacia el norte, Til Til. Después toma La Calera, Limache y llega hasta Viña del Mar en una primera etapa. En la segunda etapa, se hace un túnel entre Til Til y Limache para luego pasar desde El Salto a Valparaíso de manera subterránea. Y eso permitiría acortar el viaje a 45 minutos.
-Eso sería una obra mayor.
-Lo interesante es que al principio se pensó en un proyecto carísimo que nadie quería hacer. Al ir construyéndolo por etapas lo podemos hacer viable hoy.
-¿Esos túneles cuánta extensión tendrían?
-El túnel La Dormida tendría 16 km y el de El Salto a Valparaíso, 9 km.
-¿A qué parte exacta de Viña llegaría?
-El tren llega aparejado a la estación de metro de El Salto. Estamos definiendo las dimensiones de las áreas de desarrollo tanto en El Salto como en Quinta Normal, para determinar la faja que vamos a expropiar, de manera que al año 2025 hagamos la licitación.
-¿Cuánto costaría el pasaje?
-Sería como un pasaje de bus (6 mil pesos). Pero la idea es entregar a la gente una alternativa mucho más segura en cuanto a horario; mucho más segura respecto a eventuales accidentes y mucho más cómoda. Que pueda dejar el auto y en combinación con el metro y el tren llegar a su destino con total certeza y seguridad.
-¿Cuando el presidente te nombró ministro y habló contigo por primera vez, te pidió el tren Santiago Valparaíso?
-Para el Presidente el desarrollo de los trenes era una prioridad y fue una de las primeras cosas que planteó: la importancia de desarrollar el tren entre Valparaíso y Santiago como parte de la política de la la red ferroviaria completa del país. La operación que estamos evaluando hoy es que el servicio sea hecho por Ferrocarriles del Estado.
-Estudiaste en Valparaíso, pero eres de Santiago.
-Me considero porteño. El sentido que tenía este trabajo intenso de estos seis meses para hacer viable el proyecto es porque los que hemos vivido en la Región de Valparaíso sabemos que es un anhelo muy, muy sentido y que era necesario hacerlo realidad. Y hacerlo realidad significaba abrirse la cabeza.
-¿En qué sentido?
-Poner no solamente los argumentos técnicos que son tremendamente importantes, sino también mirar más allá de una administración de gobierno. Y pensar un proyecto innovador y viable. Podemos decir: el tren va.
-Pero el hecho de que el viaje dure una hora y media le quita competitividad con el bus, que demora casi igual.
-La Ruta 68 va a seguir operando. Pero la voluntad política que tiene este proyecto es la de generar una alternativa limpia, segura y sostenible. Una alternativa que le entrega mucha dignidad al pasajero y además genera un tremendo impacto en todas las comunidades que toca.
-¿No has sentido el lobby de los buses?
-No, personalmente no he tenido ningún tipo de presión en este sentido. Los buses tendrán que ir mejorando su oferta para poder también ser una opción en el futuro. No he tenido reuniones con ellos hasta el momento. Quizás ahora querrán conocer mayores detalles del proyecto.
-¿Esto le da un respiro al gobierno, que ha tenido unos días bastante malos?
-Esta es una buena noticia para el país. Y de alguna manera es un reflejo de que nosotros no estamos detenidos como gobierno. Seguimos trabajando y concretando obras que no son solamente anuncios en el aire.
-Esta cifra de 1.320 millones de dólares puede multiplicarse con la segunda etapa.
-La segunda cuesta 2.500 millones de dólares: el túnel entre Til Til y el sector de Limache y el túnel bajo Viña del Mar y Valparaíso. Estamos con un proyecto que es financiera y técnicamente responsable.
-Pero Pedro Pablo Errázuriz, ex presidente de EFE, dice que no está de acuerdo con el tren Santiago Valparaíso, porque el nivel de subsidio sería muy grande.
-Hay diferentes infraestructuras que tienen subsidios. El Metro de Santiago tiene subsidios, algunas carreteras tienen subsidios. Tenemos que pensar en los beneficios económicos y territoriales que la conectividad, más allá de una mirada exclusivamente privada.
-Errázuriz dice que significaría 250 millones de dólares al año en subsidio.
-Yo no sé de dónde sacó los cálculos, pero nosotros estamos muy tranquilos sobre el modelo que estamos implementando.
-¿El Presidente es un fanático de los trenes?
-Él es un amante de los trenes desde muy niño. Y lo que está haciendo es un anhelo de muchos ciudadanos.
-¿Esperas que esta noticia descomprima un poco el ambiente político?
-Yo creo que como país no solamente tenemos que preocuparnos de la coyuntura, sino también de lo que le urge a la ciudadanía. Reactivar la economía, atender las necesidades de seguridad y una mirada de largo plazo donde podamos ver no solamente el día de hoy, sino lo que estamos pensando hacia mañana, hacia el país que queremos construir.