Este sábado desde la medianoche los habitantes de todo el territorio nacional -a excepción de Magallanes y la Antártica chilena- deberán atrasar sus relojes en una hora, dando inicio así al horario de invierno que se prolongará por cinco meses hasta el primer sábado de septiembre 2020.
Con la entrada en vigencia del horario de invierno, se reducen prácticamente a cero los días en que el sol saldrá después de las 8 de la mañana entre las regiones de Arica y Maule, bajando también en aproximadamente 56 los días en que amanece después de dicho horario en las localidades de las regiones de Biobío a Aysén, de acuerdo al análisis del Ministerio de Energía.
Según las proyecciones de esa secretaría de Gobierno, en ciudades como Copiapó, durante los meses en que se implemente el horario de invierno, amanecerá en promedio a las 7:54 horas.
La evidencia científica ha demostrado que iniciar las actividades diarias sin luz natural tiene un efecto negativo sobre la salud, la concentración y el desempeño de las personas, especialmente en niños y adolescentes, quienes por su ciclo biológico de crecimiento despiertan naturalmente más tarde que los adultos, y requieren de luz natural para un mejor aprendizaje.
El régimen actual de cinco meses de invierno comprendido entre el primer sábado de abril y el primer sábado de septiembre, y de siete meses de verano el resto del año, fue establecido en 2018 después de recabar antecedentes sobre las variables energéticas, de salud y bienestar, educación, seguridad y transportes y agrícola.
De acuerdo a las indicaciones del ministerio de Energía, el horario de invierno aplicará para todo Chile con la excepción de la Región de Magallanes y la Antártica Chilena, que mantendrá el régimen de los últimos años con el horario de verano durante todo el año, tal como lo decidió la ciudadanía en 2017.
Esta modificación hará que exista más luz matinal y menos claridad en la tarde, por lo cual en algunas personas podrían verse afectados los horarios de sueño y vigilia, sobre todo durante los primeros días. En la mayoría de las personas, los síntomas de desajuste del horario durarán de dos a tres días, y se manifiestan con leves molestias, baja de ánimo y cambio en niveles del apetito, como efectos más evidentes de la adaptación natural del organismo según puntualizan los especialistas.
